Ricardo Espinosa Pedraza (Cesión)


Quisiera cederte un largo trecho de mi camino.
La sombra de mi cuerpo pesado detenida en la calle que colinda con tu calle.
El lacerante insomnio de mis pupilas
cuando resbalan impunes hasta tu vientre.

Mi algarabía de infante que habita el abismo escarpado.
El latido de mis noches con malos amores y fantasmas
y la incidental lluvia que convoca recuerdos en mi ventana.
La espalda donde improvisas con tu boca
el lento rictus del deseo, del estupor y del silencio.
Como si la piel en que respiras quedara suspendida en la penumbra
y escaparas de tus cosas dejando el rastro líquido de una estrella.
Las entrañas donde te sumerges como buscando gestos olvidados
o mi lento rigor fatigado que recibe sin dilación el inventario total de tus perversiones.

El pulso torpe que te busca y te recorre como quien persigue un espejismo.
Mi ociosa falibilidad que se equivoca sin malas intenciones, 
pero siempre a tu favor.
El completo listado de mis huesos con sus crujientes vacilaciones.
Y lo único seguro en esta y otras vidas:
mi soledad que se conjuga tan bien con la tuya.

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